.:★:.La Frase de la Semana.:★:.

"La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo ya hay que morirse" Joaquín Sabina

jueves, 20 de octubre de 2016

Si lo quieres, trabaja por eso...

En este momento, después de ver La vida secreta de Walter Mitty, sólo pienso en todas las cosas que realmente he querido hacer o aprender y que he dejado “para otro momento” por estar apurada o muchas veces por cualquier excusa puesta para no aceptar que al final realmente no lo hacía por miedo a no hacerlo bien, por miedo a fracasar. Pero no más y empiezo retomando este blog.

Cuántas cosas han cambiado desde la última vez que escribí (desde la última vez que me di el tiempo sin excusas); ha cambiado la moda, la tecnología, mi estado civil, tengo arrugas, más canas y nuevos tatuajes pero especialmente lo que más cambió fue mi forma de sentir, ver, entender y actuar ante las cosas. Solía reaccionar a todo lo que me sucedía; visceral, pasional, con exceso de ego... Sin medir las consecuencias sólo lo dejaba salir para que no explotara dentro de mi.

Hoy estoy casi a 1 mes de uno de los eventos más hermosos (enlace a Historias de Atacama) y a la vez sin duda el más doloroso de mi historia (este accidente), por lo menos en esta existencia; por primera vez me he podido ver desde afuera como he logrado respirar, entender, mantener la calma, reaccionar, solucionar, drenar, entender que no puedo hacer más; En paralelo lidiando con dolor físico, inmovilizada, pero especialmente con un hueco tan profundo en el alma que hace que cueste respirar.

Hoy muchos de nosotros estamos enfrentando la prueba más dura de nuestra vida, este accidente nos ha tocado a tantos en tantas maneras y a pesar de todo el dolor que ha causado esto así de inesperado es esperanzador ver que no queda en vano, que se están aprendiendo lecciones en muchísimos niveles, dependiendo de la cercanía y la capacidad que tengamos de entender que lo único que determina nuestra vida es la forma en la que reaccionamos a lo que nos sucede. Podemos negarnos, sufrir, dejarnos llevar por la rabia, maldecir, encerrarnos y mil cosas negativas más pero qué cambia con eso más allá del daño que nos hacemos a nosotros mismos, a los que nos quieren y la luz que apagamos en nuestro ser???

Cada día siento que mejoro un poco y a veces me siento mal por sentirme bien sabiendo que David ya no está, que José Miguel también partió; pensando en sus familias (la de David es especialmente cercana; no puedo describir en este momento lo que él significa en mi vida) en su dolor, en su pérdida invaluable e irremplazable, en la impotencia que me da el haber estado allí y no haber podido hacer nada… pero respiro de nuevo, me calmo, analizo, siento y qué más puedo hacer?? Necesito sanar yo para poder seguir ayudando en todo lo que sí puedo.

Duele y mucho pero agradezco enormemente haber estado allí, haberlo vivido, haber disfrutado, reído, aprendido. Doy gracias a la vida por ese mes con ellos en San Pedro de Atacama, cumpliendo un sueño, desarrollando nuestra pasión, creciendo juntos, riendo, viviendo a plenitud a pesar de cualquier eventualidad lógica como el cansancio o alguna tonta discusión.

Ya para cerrar, si me preguntan, no hay otro lugar donde hubiese querido estar que ahí, con ellos, en ese momento y en ese carro en el medio del desierto. 

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